martes, 3 de mayo de 2011

Curso de traducción médica en Santiago (I)

Hacía años que no me dejaba caer por un curso de traducción y ya iba siendo hora de hacerlo. Desde que me inicié como autónoma, allá por 2009, solo he hecho tres cursos: todos en 2010 y relacionados con la maquetación y la producción editorial, bastante alejados de mi trabajo como traductora.

Lo cierto es que llevaba ya unos cuantos meses dándole vueltas a la idea de empezar a asistir a cursos, pero siempre fallaba algo: cuando tenía tiempo, no tenía presupuesto; si tenía presupuesto, estaba hasta arriba de trabajo; y cuando tenía tiempo y presupuesto, simplemente no encontraba ningún curso que me interesase... Así que cuando vi que AGPTI organizaba un curso sobre traducción médica en Santiago de Compostela y comprobé que me cuadraban las fechas (y el precio), pensé: «no me lo puedo perder».

A pesar de que el curso no empezaba hasta las 16 h, Marta y yo decidimos coger un vuelo a primera hora de la mañana para poder conocer un poco la ciudad antes. Y así fue: nuestro vuelo aterrizó a las 9.30 h y una hora más tarde, previo paso por el hotel, estábamos recorriendo las calles de Santiago. Pero bueno, pasemos a lo importante: el curso impartido por Fernando Navarro.

Como ya he dicho, la primera sesión del curso comenzó a las 16 h, hora crítica donde las haya, especialmente después del madrugón para coger el vuelo. Sin embargo, Fernando hizo la clase muy amena y las dos primeras horas pasaron volando. Durante ese tiempo nos habló de los errores del lenguaje biosanitario: la polisemia de términos, la mala utilización de metáforas en determinados contextos, los falsos amigos... Después hicimos una pausa para reponer energía y charlar con los compañeros. Media hora más tarde retomamos la clase y pasamos a ver ejemplos prácticos de los errores comentados. A las 20 h acabó la primera sesión del curso y, con el tiempo justo, subimos a la habitación para dejar las cosas y nos marchamos a cenar con el profesor, las organizadoras y algunos de los compañeros, como Estrella, Loli, Manuel o María.

A la 1.30 h, después de una cena de lo más entretenida (y abundante), llegamos al hotel. Al día siguiente tocaba madrugar para desayunar con Fernando y las compañeras alojadas en el hotel y asistir a la segunda sesión del curso, pero eso os lo contaré en otra entrada.

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