Aquí va la segunda entrada relativa al curso de traducción médica al que asisití en Santiago de Compostela a finales de abril. Tenía que haberla publicado hace un par de semanas, pero por unas cosas y otras no ha podido ser hasta ahora...
A las 8 h del sábado sonó el despertador. Aunque me habría gustado poder dormir un poco más, salté de la cama a la ducha y a las 9 h subimos a desayunar con Fernando y otras compañeras que también se alojaban en el hotel. Entre bocado y bocado, compartimos opiniones sobre el trabajo como autónomas y Fernando nos fue desgranando algunos detalles de sus inicios en el mundo de la traducción. Así, llegó la hora de bajar a la sala del curso para comenzar la segunda jornada.
Esta vez tocaba hablar de la anglización del español en todos sus niveles, no solo en el ámbito de la medicina. Vimos ejemplos de anglicismos sintácticos, fonéticos, léxicos y gráficos. Una vez más, el tiempo pasó volando y llegó el momento de hacer un descanso. Después, comenzamos un ejercicio práctico sobre abreviaturas comunes de la jerga médica, así como de eufemismos utilizados por pacientes británicos. Casi sin darnos cuenta, llegaron las 14 h, momento en que Fernando nos agradeció la asistencia y despidió el curso, no sin antes recomendarnos algunos recursos, como el foro de traductores de biomedicina en Rediris, la revista Panacea, el blog Laboratorio del lenguaje, etc. Asimismo, nos comentó sus planes más inmediatos: terminar el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina que, previsiblemente, estará a la venta a la vuelta del verano; y la actualización y publicación en formato electrónico de su archiconocido Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina, posiblemente en versión web.
Como conclusión, solo puedo decir que fue una experiencia muy positiva en todos los sentidos. Por eso, animo a todos los indecisos a asistir a cursos, siempre que el bolsillo lo permita, ya que no solo sirven para reciclarse o formarse en una nueva disciplina, sino también para conocer a otros traductores y ver otras realidades de la profesión. Así que ya sabéis, ¡haced como yo y comprad una hucha para formación!
Cuaderno de traducción
Elena Martínez, traductora y correctora
viernes, 27 de mayo de 2011
martes, 3 de mayo de 2011
Curso de traducción médica en Santiago (I)
Hacía años que no me dejaba caer por un curso de traducción y ya iba siendo hora de hacerlo. Desde que me inicié como autónoma, allá por 2009, solo he hecho tres cursos: todos en 2010 y relacionados con la maquetación y la producción editorial, bastante alejados de mi trabajo como traductora.
Lo cierto es que llevaba ya unos cuantos meses dándole vueltas a la idea de empezar a asistir a cursos, pero siempre fallaba algo: cuando tenía tiempo, no tenía presupuesto; si tenía presupuesto, estaba hasta arriba de trabajo; y cuando tenía tiempo y presupuesto, simplemente no encontraba ningún curso que me interesase... Así que cuando vi que AGPTI organizaba un curso sobre traducción médica en Santiago de Compostela y comprobé que me cuadraban las fechas (y el precio), pensé: «no me lo puedo perder».
A pesar de que el curso no empezaba hasta las 16 h, Marta y yo decidimos coger un vuelo a primera hora de la mañana para poder conocer un poco la ciudad antes. Y así fue: nuestro vuelo aterrizó a las 9.30 h y una hora más tarde, previo paso por el hotel, estábamos recorriendo las calles de Santiago. Pero bueno, pasemos a lo importante: el curso impartido por Fernando Navarro.
Como ya he dicho, la primera sesión del curso comenzó a las 16 h, hora crítica donde las haya, especialmente después del madrugón para coger el vuelo. Sin embargo, Fernando hizo la clase muy amena y las dos primeras horas pasaron volando. Durante ese tiempo nos habló de los errores del lenguaje biosanitario: la polisemia de términos, la mala utilización de metáforas en determinados contextos, los falsos amigos... Después hicimos una pausa para reponer energía y charlar con los compañeros. Media hora más tarde retomamos la clase y pasamos a ver ejemplos prácticos de los errores comentados. A las 20 h acabó la primera sesión del curso y, con el tiempo justo, subimos a la habitación para dejar las cosas y nos marchamos a cenar con el profesor, las organizadoras y algunos de los compañeros, como Estrella, Loli, Manuel o María.
A la 1.30 h, después de una cena de lo más entretenida (y abundante), llegamos al hotel. Al día siguiente tocaba madrugar para desayunar con Fernando y las compañeras alojadas en el hotel y asistir a la segunda sesión del curso, pero eso os lo contaré en otra entrada.
Lo cierto es que llevaba ya unos cuantos meses dándole vueltas a la idea de empezar a asistir a cursos, pero siempre fallaba algo: cuando tenía tiempo, no tenía presupuesto; si tenía presupuesto, estaba hasta arriba de trabajo; y cuando tenía tiempo y presupuesto, simplemente no encontraba ningún curso que me interesase... Así que cuando vi que AGPTI organizaba un curso sobre traducción médica en Santiago de Compostela y comprobé que me cuadraban las fechas (y el precio), pensé: «no me lo puedo perder».
A pesar de que el curso no empezaba hasta las 16 h, Marta y yo decidimos coger un vuelo a primera hora de la mañana para poder conocer un poco la ciudad antes. Y así fue: nuestro vuelo aterrizó a las 9.30 h y una hora más tarde, previo paso por el hotel, estábamos recorriendo las calles de Santiago. Pero bueno, pasemos a lo importante: el curso impartido por Fernando Navarro.
Como ya he dicho, la primera sesión del curso comenzó a las 16 h, hora crítica donde las haya, especialmente después del madrugón para coger el vuelo. Sin embargo, Fernando hizo la clase muy amena y las dos primeras horas pasaron volando. Durante ese tiempo nos habló de los errores del lenguaje biosanitario: la polisemia de términos, la mala utilización de metáforas en determinados contextos, los falsos amigos... Después hicimos una pausa para reponer energía y charlar con los compañeros. Media hora más tarde retomamos la clase y pasamos a ver ejemplos prácticos de los errores comentados. A las 20 h acabó la primera sesión del curso y, con el tiempo justo, subimos a la habitación para dejar las cosas y nos marchamos a cenar con el profesor, las organizadoras y algunos de los compañeros, como Estrella, Loli, Manuel o María.
A la 1.30 h, después de una cena de lo más entretenida (y abundante), llegamos al hotel. Al día siguiente tocaba madrugar para desayunar con Fernando y las compañeras alojadas en el hotel y asistir a la segunda sesión del curso, pero eso os lo contaré en otra entrada.
martes, 26 de abril de 2011
El cambio de nombre de Kate Middleton
Hace unas semanas, la Fundéu hacía la siguiente recomendación sobre el «nombre oficial» que habrá de darse a Kate Middleton en español tras su próximo matrimonio (podéis consultar la ficha completa aquí):
Después de investigar un poco, he sido incapaz de encontrar el origen o el porqué de dicha tradición y, personalmente, considero que es hora de aparcarla y seguir la tendencia actual: mantener los nombres propios originales, independientemente de si son de miembros de la realeza, personajes ilustres o desconocidos. Y si os estáis acordando de las clases de teoría de la traducción y de la naturalización de textos, creo que, excepto en contextos literarios muy determinados en los que los nombres puedan tener ciertas connotaciones, no tiene sentido traducirlos.
Y vosotros, ¿qué opináis?
Con motivo del próximo enlace del príncipe Guillermo de Inglaterra con Kate Middleton se plantea la duda de si debe mantenerse el nombre de la futura miembro de la familia real en inglés o traducirlo.
[...] pero oficialmente en español, tras su matrimonio, y siguiendo la costumbre en nuestro idioma de traducir los nombres de los miembros de las familias reales europeas, será el de Catalina.Si bien es cierto que en otras épocas los nombres propios de personajes ilustres eran susceptibles de traducción/adaptación, la tendencia actual es la de no traducirlos, sino transcribirlos o, en el caso de lenguas con caracteres no romanos, hacer una transliteración fonética de los mismos. Sin embargo, como ya apuntan en la ficha de la Fundéu, existe una excepción a esa «norma»: en español es tradición traducir los nombres propios de los miembros de las familias reales europeas, así como los de los papas.
Después de investigar un poco, he sido incapaz de encontrar el origen o el porqué de dicha tradición y, personalmente, considero que es hora de aparcarla y seguir la tendencia actual: mantener los nombres propios originales, independientemente de si son de miembros de la realeza, personajes ilustres o desconocidos. Y si os estáis acordando de las clases de teoría de la traducción y de la naturalización de textos, creo que, excepto en contextos literarios muy determinados en los que los nombres puedan tener ciertas connotaciones, no tiene sentido traducirlos.
Y vosotros, ¿qué opináis?
viernes, 15 de abril de 2011
¿Asociarse o no asociarse? Esa es la cuestión
Como todos sabéis, a diferencia de otros profesionales liberales, como médicos o abogados, los traductores no contamos con un colegio profesional que vele por nuestra profesión y defienda nuestros intereses.
Para compensar esta ausencia, existen multitud de asociaciones cuya principal finalidad no es otra que conseguir el reconocimiento de nuestra profesión. Además, la mayoría de estas asociaciones organiza cursos, seminarios y otros eventos, ofrece asesoría jurídica, cuenta con bolsa de empleo... y presenta distintos tipos de afiliación según la situación del traductor (estudiante, profesional, etc.). Asimismo, ser miembro de una asociación nos permite mantenernos al día y romper, en cierto modo, el aislamiento profesional al que nos vemos sometidos los autónomos.
Respecto al tipo de asociaciones, las hay de carácter general, específicas para determinadas especialidades o regionales. Aquí tenéis una pequeña muestra:
Ya se sabe, ¡más vale tarde que nunca!
Para compensar esta ausencia, existen multitud de asociaciones cuya principal finalidad no es otra que conseguir el reconocimiento de nuestra profesión. Además, la mayoría de estas asociaciones organiza cursos, seminarios y otros eventos, ofrece asesoría jurídica, cuenta con bolsa de empleo... y presenta distintos tipos de afiliación según la situación del traductor (estudiante, profesional, etc.). Asimismo, ser miembro de una asociación nos permite mantenernos al día y romper, en cierto modo, el aislamiento profesional al que nos vemos sometidos los autónomos.
Respecto al tipo de asociaciones, las hay de carácter general, específicas para determinadas especialidades o regionales. Aquí tenéis una pequeña muestra:
- AGPTI: Asociación Gallega de Profesionales de la Traducción y la Interpretación.
- AIPTI: Asociación Internacional de Profesionales de la Traducción y la Interpretación.
- APETI: Asociación Española de Traductores e Intérpretes.
- APTIC: Asociación Profesional de Traductores e Intérpretes de Cataluña
- APTIJ: Asociación Profesional de Traductores e Intérpretes Judiciales y Jurados.
- ASATI: Asociación Aragonesa de Traductores e Intérpretes.
- ASETRAD: Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes.
- ATIJC: Asociación de Traductores e Intérpretes Jurados de Cataluña.
- EIZIE: Asociación de Traductores, Correctores e Intérpretes de Lengua Vasc.
- TREMÉDICA: Asociación Internacional de Traductores y Redactores de Medicina y Ciencias Afines.
- XARXA: Red de Traductores e Intérpretes de la Comunidad Valenciana.
Ya se sabe, ¡más vale tarde que nunca!
lunes, 14 de marzo de 2011
La colaboración que, afortunadamente, nunca existió
Érase una vez una traductora autónoma que, en época navideña, tenía poco trabajo. En una de sus múltiples visitas a los distintos portales de traducción, encontró una oferta cuyos requisitos cumplía: ser hablante nativo de español, tener experiencia en traducción jurídica y estar familiarizado con Trados. Contenta por haber encontrado una oferta que se ajustase a su perfil, nuestra traductora autónoma se dispuso a redactar una buena carta de presentación para enviar el CV a la agencia. Después de escribir (y reescribir) varias veces la carta, por fin dio con el formato y el contenido adecuados.
Pocas horas después, la agencia le agradeció haber enviado el CV y le comentó las tarifas que ofrecían que, para desgracia de nuestra traductora autónoma, eran bastante inferiores a las que había soñado. A pesar de que dichas tarifas le parecían insultantemente bajas, la traductora autónoma pensó y pensó y finalmente decidió hacer la prueba, ya que no había nada mejor en el horizonte y no tenía nada que perder. Gran error.
Días más tarde, cuando recibió su traducción corregida, le recordaron las condiciones de la colaboración y, ¡oh!, por arte de magia las tarifas se habían reducido entre un 40% y un 60%. Nuestra traductora autónoma se enfadó (e indignó) mucho y, lejos de quedarse callada, redactó un correo educado pero firme en el que hacía saber a la agencia que sus tarifas eran claramente abusivas e iban en contra de sus principios profesionales. La agencia en lugar de obviar el asunto y dar la callada por respuesta, fingió no saber de qué le hablaba la traductora autónoma y, con falsa amabilidad, se ofreció a aclarar el malentendido. No obstante, varios correos más tarde y en vista del fracaso de sus explicaciones, la agencia reconoció el engaño y, aunque ofreció mantener la tarifa inicial, la traductora autónoma rechazó toda propuesta.
Y así es como, afortunadamente, esa colaboración nunca existió. Colorín, colorado...
Moraleja: por poco trabajo que haya a la vista, siempre hay algo mejor que hacer que perder el tiempo haciendo pruebas de traducción para este tipo de agencias que creen que los traductores vivimos del aire.
Pocas horas después, la agencia le agradeció haber enviado el CV y le comentó las tarifas que ofrecían que, para desgracia de nuestra traductora autónoma, eran bastante inferiores a las que había soñado. A pesar de que dichas tarifas le parecían insultantemente bajas, la traductora autónoma pensó y pensó y finalmente decidió hacer la prueba, ya que no había nada mejor en el horizonte y no tenía nada que perder. Gran error.
Días más tarde, cuando recibió su traducción corregida, le recordaron las condiciones de la colaboración y, ¡oh!, por arte de magia las tarifas se habían reducido entre un 40% y un 60%. Nuestra traductora autónoma se enfadó (e indignó) mucho y, lejos de quedarse callada, redactó un correo educado pero firme en el que hacía saber a la agencia que sus tarifas eran claramente abusivas e iban en contra de sus principios profesionales. La agencia en lugar de obviar el asunto y dar la callada por respuesta, fingió no saber de qué le hablaba la traductora autónoma y, con falsa amabilidad, se ofreció a aclarar el malentendido. No obstante, varios correos más tarde y en vista del fracaso de sus explicaciones, la agencia reconoció el engaño y, aunque ofreció mantener la tarifa inicial, la traductora autónoma rechazó toda propuesta.
Y así es como, afortunadamente, esa colaboración nunca existió. Colorín, colorado...
Moraleja: por poco trabajo que haya a la vista, siempre hay algo mejor que hacer que perder el tiempo haciendo pruebas de traducción para este tipo de agencias que creen que los traductores vivimos del aire.
jueves, 10 de marzo de 2011
Tradulínguas: International Legal Translation Conference
Puede que muchos ya lo sepáis, pero para los que no, aquí dejo la información:
Los días 7 y 8 de octubre de este año se celebrará la Conferencia Internacional de Traducción Jurídica en Lisboa. Organizada por Tradulínguas, la conferencia tendrá lugar en la Universidade Nova de Lisboa. Aunque todavía no está abierto el plazo de inscripción, ya han publicado las tasas según las distintas modalidades. Podéis verlas aquí.
Para más información sobre la conferencia, podéis consultar la web de Tradulínguas.
Los días 7 y 8 de octubre de este año se celebrará la Conferencia Internacional de Traducción Jurídica en Lisboa. Organizada por Tradulínguas, la conferencia tendrá lugar en la Universidade Nova de Lisboa. Aunque todavía no está abierto el plazo de inscripción, ya han publicado las tasas según las distintas modalidades. Podéis verlas aquí.
Para más información sobre la conferencia, podéis consultar la web de Tradulínguas.
miércoles, 2 de marzo de 2011
La rebelión de las máquinas
Ayer por la tarde CET iba a ofrecer un webinario sobre creación de páginas web, pero Murphy debía tener otros planes para todos y al final no pudo ser. Después de una hora y media de problemas técnicos, no tuvieron más remedio que suspender el webinario.
En principio, pensaron aplazar la sesión, pero finalmente parece ser que editarán el vídeo y nos lo harán llegar mediante un enlace a todos los inscritos. Habrá que esperar a ver el vídeo completo para comentar los contenidos, que, por lo poco que pudimos ver/oír, parecían interesantes.
En principio, pensaron aplazar la sesión, pero finalmente parece ser que editarán el vídeo y nos lo harán llegar mediante un enlace a todos los inscritos. Habrá que esperar a ver el vídeo completo para comentar los contenidos, que, por lo poco que pudimos ver/oír, parecían interesantes.
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